Azules de Barahona

Las tres o cuatro horas de camino para llegar allí se sienten como nada cuando empiezas a disfrutar los paisajes que aguardan por tí al borde de la carretera. Hay un punto en que los árboles parecen unirse para intentar hacer un túnel y el contraste creado entre el radiante sol y las sombras de las hojas crean una escena de película pero, a medida que te vas acercando, el mar hace acto de presencia y no desaparece más, entonces te detienes un momento a contemplar el horizonte y los diferentes tonos de azul se quedan impregnados en tu mente al punto que, sin importar el tiempo que haya transcurrido desde la visita, pensar en Barahona es pensar en azul.

Puerto de Barahona


Y ellos lo tienen bien claro!

El Cayo, Barahona

Más o menos intenso, más o menos espectacular, pero siempre memorable. Nos preguntamos una y mil veces ¿Cómo puede estar un lugar tan especial en el limbo del desarrollo turístico? ¿Cómo puede contrastar tanta belleza con tanta pobreza?

 Son preguntas que ahora no podemos responder y optamos por concentrarnos en compartir la belleza de la que hemos sido testigo durante nuestra experiencia, para que pongan el sur en sus listas de viaje y se enamoren, como nosotros, de todas sus posibilidades.


Club Náutico de Barahona

Villa Miriam, Barahona


Del río y el mar, de vistas llenas de los más espectaculares contrastes, de sus joyas (Larimar) y de su gente.

Villa Miriam, Barahona

Si algo podemos asegurar es que quedarán con muchos deseos de regresar.

Hasta la próxima!

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